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Budapest,  la Ciudad Balnearia

Budapest tiene este título desde el año 1934. Ésta es la capital con más fuentes de agua termal en el mundo, ya que dispone de más de 120, desde los que se brotan 70 millones de litros de agua termal a temperaturas de hasta 80oC.

Estas aguas poseen un poder curativo para muchas enfermedades artríticas, reumáticas, ginecológicas y otras.

La tradición de los balnearios húngaros viene de los tiempos antiguos. Ya los primeros habitantes de esta tierra, que hoy se llama Budapest, descubrieron su riqueza en manantiales de agua termal.

Los romanos, que construyeron por aquí la capital de la provincia Pannonia – con el nombre Aquincum en Buda septentrional – aprovecharon estas aguas casi milagrosas. Como prueba de ello, encontramos en Buda Vieja varios restos de las Termas Romanas.

Pero la época dorada de los baños termales se remonta a los tiempos de la dominación turca. Durante el siglo y medio que ocuparon todo este territorio (entre 1526 y 1686), construyeron numerosos baños termales que hoy mencionamos como los Baños turcos. Los conservamos y utilizamos de tal forma como los construyeron y utilizaron ellos.

Las aguas termales atraen a más de 10 millones de personas anualmente y han empezado a ser famosos en todo el mundo. En Budapest se hallan emplazados numerosos hoteles ultramodernos con baños de aguas termales de efectos curativos.

Estando en una Ciudad Balnearia con tantas tradiciones, es aconsejable visitar uno de estos baños termales para conocer y disfrutar de la verdadera esencia de esta actividad, buena para el cuerpo y el espíritu.
Los tres más conocidos y visitados son: Gellért, Széchényi y Rudas.